Lunes, 05 de Diciembre de 2011 09:02

El Cardenal Salazar y la Iglesia de su tiempo en los " Di�logos" de Filosof�a

GC/JDTC
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De izq a dcha Soledad Gómez, José Manuel de Bernardo y Maximiliano Barrio De izq a dcha Soledad G�mez, Jos� Manuel de Bernardo y Maximiliano Barrio GC/JDTC

El pasado viernes los Di�logos de Filosof�a y Letras se centraron en �El Cardenal Salazar y la Iglesia de su tiempo�. Abri� la jornada Ricardo C�rdoba, vicedecano de coordinaci�n docente e investigaci�n, indicando el apoyo del equipo decanal al ciclo, su inter�s para la universidad y la formaci�n que se transmite a la sociedad a trav�s de las diferentes sesiones, subrayando en este caso la significaci�n de la figura del Cardenal as� como el inter�s del tema a debatir.


Jos� Manuel de Bernardo, catedr�tico de historia moderna de la UCO, present� a cada uno de los participantes y desglos� algunas notas introductorias sobre el contexto hist�rico de la Iglesia y sobre la figura del Cardenal Salazar. El profesor de Bernardo cedi� la palabra a Maximiliano Barrio, profesor de historia moderna de la universidad de Valladolid, quien disert� sobre los nombramientos de los obispos en el siglo XVIII.

 Entre las condiciones que posibilitaban ocupar dicho cargo ministerial explic� la graduaci�n en Teolog�a o Derecho, el linaje, los lazos familiares o �la recomendaci�n al consejo o monarca�. El profesor Barrio realz� �la fidelidad al rey, a Felipe V y a la nueva dinast�a� y secuenci� los pasos que se segu�an en el procedimiento para �conseguir la mitra� indicando que �cuando el rey designaba a la persona, el consejo o la c�mara se lo comunicaban al electo, pero el electo no siempre lo aceptaba, ya que los m�s apropiados para el cargo sol�an ser los que lo rechazaban�. Esto, a�adi� el profesor de Valladolid, �preocupaba mucho al gobierno, el cual decidi� pedir al papa que interviniera para evitar esos rechazos.  La Curia Romana siempre aceptaba al designado por el monarca�.


Por otra parte, el profesor Barrio tambi�n abord� �las rentas episcopales� que eran muy desiguales entre los cincuenta y cinco obispos designados de Espa�a. Tambi�n coment� que �daban pan para los pobres todos los d�as, sin l�mite de personas, aunque un d�a era para los hombres y otro para las mujeres. En C�rdoba el obispo repart�a la tercera parte del trigo que recog�a, que sumaba un total de 5000 fanegas al a�o�. Concluy� su intervenci�n aduciendo que �la verdadera riqueza de los obispos espa�oles se deb�a a las limosnas que repart�an entre los pobres�.


Soledad G�mez, profesora titular de Historia Moderna de la UCO, fue la siguiente en intervenir y present� un estudio sobre el Cardenal Salazar (M�laga, 1630 - C�rdoba, 1706) comenzando por la elucidaci�n de las fuentes de informaci�n sobre el cl�rigo andaluz que van desde el archivo parroquial de M�laga hasta el archivo secreto vaticano o el archivo de C�rdoba. En la formaci�n del religioso, destac� los estudios de Teolog�a en Salamanca y entre sus destinos se�al� el obispado de la ciudad salmantina y de C�rdoba (cardenal y obispo). Explic� tambi�n que �su sobrino fund� el hospital, actualmente Facultad de Filosof�a y Letras�.


La profesora G�mez infiri� que el cardenal �cumpl�a todos los requisitos para ser obispo: car�cter sacerdotal, familia noble, cualidades morales, formaci�n�. Entre la obra que desarroll� durante los cinco a�os que estuvo en Salamanca, subray� una misi�n que el cardenal se propuso para �dar pasto saludable a las ovejas que Dios le ha encomendado�, predicando �una o dos semanas para conocer la situaci�n moral del lugar�, acerc�ndose a los pobres; por lo que fue �un buen emisor, orador, dio ejemplo y lleg� a las conciencias�.


La fase de di�logo que cerr� jornada permiti� profundizar en la estancia del cardenal en Roma,  su vivencia de la Guerra de Sucesi�n o el car�cter influyente de la persona del cardenal Salazar, �una figura estelar y  emblem�tica�.