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Miércoles, 21 de Julio de 2004 12:45

Corduba 04.Lucena. Expertos rechazan calificar como alarma social los �ndices de violencia juvenil.

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Los Seminarios Universitarios de Lucena (SUL) de 2004 han tenido en la jornada de hoy como protagonista principal el tema de la violencia juvenil, si bien los expertos que participan en el curso denominado "Violencia Juvenil: Prevenci�n en la Educaci�n Primaria y Secundaria" han rechazado la idea, com�nmente extendida, de que este tipo de agresividad alcance, en la actualidad, cotas que permitan hablar de alarma social.

As�, la coordinadora de Reforma Juvenil de la Delegaci�n Provincial de Justicia y Administraciones P�blicas de la Junta, Silvia Fern�ndez, ha explicado que, especialmente en la �ltima d�cada, se ha producido en la sociedad un incremento de la sensibilidad hacia el mundo del menor en situaciones de riesgo, habi�ndose puesto en marcha una gran variedad de medidas e intervenciones encaminadas a prevenir, paliar y/o modificar tales circunstancias; sin embargo esta din�mica provoca que, al mismo tiempo, se cree una "imagen err�nea de la realidad, sobredimensionando los �ndices de violencia en la juventud y, sobre todo, asimilando como habituales las conductas m�s radicales o espectaculares, que son las que suelen salir en los medios de comunicaci�n convirti�ndose en referencia". Al final todo ello puede repercutir en los menores produciendo un recrudecimiento de las leyes penales.

La t�cnica, especialista en el tratamiento de los problemas protagonizados por j�venes menores de edad, ha cifrado en algo m�s de 300 los casos de infracciones cometidas por �stos en C�rdoba, una provincia que no puede considerarse como fuertemente azotada por la agresividad dentro de este segmento de edad especialmente si se compara con otras, dentro de la misma Comunidad Aut�noma andaluza, en las que se da una incidencia mucho mayor. Los m�s de 40 alumnos del curso -que ha tenido que ampliar sus plazas para acoger a todos los solicitantes- han conocido directamente los m�ltiples aspectos que presenta esta problem�tica y, de modo particular, el perfil del joven m�s propenso a desarrollar conductas delictivas, vand�licas o de otro tipo, que suele ser un var�n, entre 16 y 18 a�os, con problemas en alguno de los �mbitos que afectan a su equilibrio emocional o personal, caso de la familia, la escuela o los amigos.

Silvia Fern�ndez consider� que los cambios sociales han conllevado "algo muy necesario" como es el desarrollo paralelo de la vigente legislaci�n sobre delincuencia juvenil, basada en "medidas preventivas, educativas y sociales" que vienen a complementar la tradicional funci�n sancionadora. "La intervenci�n siempre est� presente pero ha de utilizarse como �ltimo mecanismo de actuaci�n respecto a los chicos y chicas que incurran en delitos", manifest�. En este sentido, la coordinadora ha elogiado la Ley Org�nica 5/2000 de 12 de enero, reguladora de la responsabilidad penal de los menores, que entr� en vigor el 13 de enero de 2001 y ha ido aplic�ndose progresivamente hasta la actualidad.

Seg�n Fern�ndez, "la Administraci�n P�blica ha dispuesto en ella una gran variedad de recursos con el fin de garantizar el adecuado cumplimiento de las resoluciones judiciales, desde una perspectiva sancionadora-educativa, teniendo en cuenta tanto las circunstancias y gravedad del hecho delictivo cometido como las caracter�sticas de personalidad del menor, su situaci�n y entorno socio-familiar, es decir, el inter�s superior del menor".

La ejecuci�n de estas medidas, en las que prevalece su car�cter pedag�gico, educativo y formativo, no exento de mecanismos de control, se desarrollar� mediante una atenci�n individualizada al menor encaminada a su integraci�n social y utilizando una serie de recursos acordes a cada una de las medidas. Al respecto, la ponente advirti� de la necesaria predisposici�n que debe darse en todo el sistema judicial, de atenci�n social y en las administraciones p�blicas para adaptarse a las exigencias de la nueva normato de mecanismos, del que la sociedad tambi�n forma parte como un agente m�s, se pretende lograr la reinserci�n de estos menores, ofrecerles un futuro con m�s posibilidades y prevenir la comisi�n de m�s o m�s graves delitos de lo que se beneficiar� tanto el menor como la sociedad en su conjunto", concluy�.