Lunes, 31 de Octubre de 2005 10:55

'La lecci�n de Am�rica', nuevo libro del Servicio de Publicaciones de la UCO

G.C. - C.M.
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Como dice el profesor Luis Rodr�guez Garc�a en el pr�logo, muchos ciudadanos que viven o pasean por la zona de Levante se encuentran con la calle "Historiador Ja�n Morente" sin saber quiz� que, adem�s de un insigne escritor que public� una cincuentena de libros, Ja�n Morente fue tambi�n uno de los cordobeses m�s ilustres del pasado siglo por su compromiso pol�tico social y por su denodada defensa de la andalucidad en una de las tipificaciones m�s caracterizadas, el "cordobesismo" en el mejor sentido de la expresi�n. Diputado por C�rdoba en las Cortes Constituyentes de 1931, gobernador civil, embajador de Espa�a, c�nsul general en Filipinas� defendi� ideas, desde sus convicciones republicanas, en beneficio de la sociedad de su �poca que, finalmente, le llevaron al exilio americano para salvar la vida.

"La lecci�n de Am�rica" es una de sus obras menos conocidas que ahora recuperan, en edici�n facs�mil el Ayuntamiento de C�rdoba, el Servicio de Publicaciones de la UCO y la Oficina para la Capitalidad cultural. Viene a ser en palabras del propio historiador "una carta emotiva" en la que recopila sus andanzas por el Per� de 1933, cuando se hizo cargo de la funci�n de ministro plenipotenciario de la legaci�n de Espa�a en Lima.Los primero cap�tulos est�n dedicados a dar cuenta de su llegada a Per� cuando Am�rica era " un magno laboratorio pol�tico" por la guerra del Chaco entre Bolivia y Paraguay y las tensiones preb�licas entre Per� y Colombia por la posesi�n de la regi�n de Leticia as� como la movilizaci�n en Bolivia por su ansiada salida al mar. En su labor como diplom�tico el pol�tico cordob�s tendr� un papel activo en muchas de estas cuestiones.

En los siguientes cap�tulos Ja�n se dedica a uno de sus temas obsesivos: desmontar la "leyenda negra" y reivindicar la presencia de Espa�a en Am�rica a lo largo de la Historia, reflexionando sobre qu� representa nuestro pa�s para el alma del continente americano.

Tampoco se olvida de los problemas espa�oles, que tambi�n refleja en sus p�ginas. As� pide la creaci�n de un cuerpo diplom�tico af�n al nuevo gobierno republicano, la definici�n de una nueva pol�tica exterior hacia Am�rica Latina e incluso suscribe la iniciativa de Lerroux de volver a crear el Ministerio de Ultramar. En general critica el desconocimiento que hay en Espa�a de cuanto sucede en Latinoam�rica, mientras que, por el contrario, �sta se interesa mucho por las cosas de Espa�a.

La segunda parte del libro est� m�s dedicada al propio Per� o a temas exclusivamente americanistas. Sus viajes revitalizan en el su condici�n de historiador a la que atrae el pasado del Per� y la civilizaci�n inca o el arte colonial. La obra concluye con una frase definitoria: "Ver Am�rica y estudiarla y amarla es sentirse reivindicado como espa�ol ante la Historia. �Hay mejor lecci�n?".

Con este libro Ja�n se inscribe en la corriente que buscaba una redefinici�n de la identidad nacional que deb�a apoyarse en los rasgos positivos de la historia espa�ola: reivindicaci�n del poder civilizador espa�ol a trav�s de los tiempos y especialmente de la acci�n llevada a cabo en Am�rica. Su americanismo esta te�ido de una fuerte componente regeneracionista que se esfuerza por ensalzar los aspectos positivos de la conquista y tratar de acabar con la "leyenda negra".