En este sentido la muralla marcaba una especie de divisoria relegando al exterior de la ciudad, no solo las actividades mas insalubres o molestas, sino tambi�n aquellas relacionadas con actividades f�nebres o con espect�culos en los que la muerte era un hecho frecuente, tales como las necr�polis, el anfiteatro, los ritos funerarios etc... Sin embargo en el entorno de la ciudad se situaban tambi�n aquellas infraestructuras que por su magnitud o por la necesidad de dotarse de espacios abiertos no tenian cabida en la ciudad, adem�s de huertas, instalaciones industriales, villas de recreo etc.... Por otra parte las vias de acceso y salida al espacio intramuros eran zonas de gran animaci�n y especial dinamismo comercial.
A todo ello alude la exposici�n de Orive que, por otra parte, se sit�a en un espacio especialmente simb�lico ya que la iglesia del siglo XV que la acoge se levanta en el lugar del suburbio oriental donde, en �poca romana estaba situado el circo, al borde la via Augusta, una de las mas importantes de Hispania. Una construcci�n que junto con el anfiteatro situado en el suburbio occidental, justo bajo el edificio que actualmente acoge al Rectorado, destacaba por sus dimensiones, entre las principales del Occidente romano.
La exposici�n acoge mosaicos, estatuas, maquetas, bajorrelieves y objetos funerarios junto a paneles explicativos , destacando una estatua de la emperatriz Livia como Fortuna de Iponuba hallada en Baena y procedente del Museo Arqueol�gicio Nacional.