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Miércoles, 28 de Octubre de 2009 14:55

Investigadores de la Universidad de C�rdoba buscan alternativas al control biol�gico de plagas

G.C. - C.M.
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Un grupo de investigadores del Departamento de Ciencias y Recursos Agr�colas y Forestales de la Universidad de C�rdoba se ha propuesto reducir la contaminaci�n ambiental y los desequilibrios originados por el uso de insecticidas en los espacios arbolados. Para ello, investigan diferentes m�todos de control biol�gico en encinas y alcornoques, dos de las especies m�s representativas de los bosques andaluces, cuya superficie total es de 4.658.105 hect�reas. Esta cifra supone el 53% del territorio regional, un porcentaje alto si se compara con el de Espa�a (17%) y la Uni�n Europea (31%), seg�n datos recogidos en el Reglamento Forestal de Andaluc�a.

Al atravesar Despe�aperros la imagen de campos poblados de encinas y alcornoques, en el norte de las provincias de Ja�n y C�rdoba, nos adelanta cu�l ser� el paisaje predominante en la regi�n. Con una vasta superficie arbolada, Andaluc�a es uno de los territorios donde la forestaci�n es un importante recurso econ�mico y ecol�gico. El Reglamento Forestal de Andaluc�a se�ala que las encinas ocupan un total de 850.284 hect�reas y los alcornocales 188.614, ambos del llamado g�nero Quercus, situ�ndose con estas cifras como importantes iconos de la regi�n con un indudable valor ambiental, como protectoras y restauradoras de suelos o reguladoras del r�gimen h�drico. De igual forma, resalta el aprovechamiento de maderas, frutos y cortezas de algunas de estas especies, que determinan el modo de vida de sus gentes en zonas de manejo tradicional de las dehesas o de aprovechamiento corchero.

Adem�s de la seca, conocida como la principal "pandemia" entre los �rboles de este g�nero (Quercus), existen plagas que afectan a esta especie. Al estar situadas en un medio forestal, la vida de cada especie est� asociada a multitud de insectos. Unos afectan al fruto, otros desarrollan su actividad en las ra�ces y la madera y, por �ltimo, los llamados defoliadores, comen las hojas del arbolado. De estos insectos, los predominantes son los com�nmente conocidos como mariposas y polillas.

Un equipo de cient�ficos, dirigido por Enrique Vargas Osuna, ha centrado a�os de investigaci�n en el estudio de estos insectos para controlar las plagas que provocan la p�rdida del follaje de encinas y alcornoques, que repercute en la producci�n del fruto y el estado general del �rbol al reducir la capacidad fotosint�tica de la planta. Sergio P�rez Guerrero, uno de los coordinadores estos estudios desde la Escuela T�cnica Superior de Agr�nomos y Montes de la UCO, explica la importancia del rol de estos insectos cuando comen hojas de encinas y alcornoques:"Los defoliadores ejercen un papel destacado en las cadenas tr�ficas (es decir, nutritivas) al servir de alimento a numerosos depredadores y parasitoides y favorecer el reciclado de los elementos en el ecosistema forestal. Sin embargo, bajo determinadas condiciones, algunas especies constituyen importantes plagas forestales a nivel mundial".

Herramientas sostenibles

Desde 2001 este grupo de expertos trabaja para proporcionar una herramienta eficaz para un manejo seguro y sostenible de las plagas forestales a trav�s de la selecci�n de microorganismos que provocan enfermedades en los insectos (entomopat�genos). "La utilizaci�n casi exclusiva de insecticidas org�nicos de s�ntesis y amplio espectro provoca desequilibrios en el ecosistema y problemas de contaminaci�n ambiental", detalla P�rez Guerrero. Estos insecticidas no selectivos y su mal uso causan, entre otros efectos, "una reducci�n de las poblaciones de enemigos naturales (depredadores y parasitoides) que se alimentan y utilizan como hospedadores a las orugas de lepid�pteros", aclara el investigador, quien plantea el control biol�gico como alternativa o "complemento a la lucha qu�mica"; m�s concretamente, la lucha microbiana.

Cada primavera, coincidiendo con la floraci�n de las querc�neas y el periodo larvario de l la recogida de larvas, obtener resultados representativos de la comunidad de insectos defoliadores. El m�todo de muestreo empleado por este equipo es el vareo alrededor del �rbol, d�nde se sit�a una lona blanca a ras del suelo y m�s tarde se recogen las muestras. "�Adem�s, la repetici�n peri�dica de este tipo de muestreos permite la obtenci�n de las curvas de abundancia y los m�ximos de ingestaci�n, que son herramientas indispensables para la elaboraci�n de programas de control", seg�n detalla Sergio P�rez.

El equipo quiere reducir los desequilibrios originados por el uso de insecticidas
Estas prospecciones les permiten estudiar distintas familias de lepid�pteros (formando un mapa) que afectan al g�nero Quercus y analizar aquellas que provocan m�s p�rdidas en el sector, entre ellas destacan Tortrix viridana y Catocala nymphagoga. Estas bellas y, al mismo tiempo, �vidas mariposas, puede llegar a producir defoliaciones intensas que debilitan el �rbol y hacen perder la producci�n de frutos, llegando, en ocasiones, a provocar la muerte de algunos pies cuando las defoliaciones son severas.

Antecedentes del control microbiano

La historia del control biol�gico de defoliadores cuenta con varios hitos en su haber. Uno de los m�s recordados es el de Lymantria dispar (una de las especies de lepid�pteros m�s com�n en el �mbito de las plagas forestales) en Norteam�rica y el virus de la poliedrosis nuclear aislado en esta especie a principios del siglo XX. Un descubrimiento que desencaden� que, a mediados de los 70, se desarrollara y registrara el producto Gypcheck�. Sin embargo, este virus no se comercializa en Espa�a y el control de la especie es fundamentalmente qu�mico.


El objetivo �ltimo de los trabajos de estos investigadores es la comercializaci�n y registro de un producto que satisfaga el control de la especie de lepid�pteros de forma biol�gica."Aunque - como se�ala Sergio P�rez- es un camino de largo recorrido".

A.C. ( De " Andaluc�a Investiga")