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Jueves, 15 de Febrero de 2018 09:44

Descubren una forma de simbiosis entre una bacteria y un tipo de alga unicelular

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La imagen muestra el mutualismo entre las metilobacterias y las Chlamydomonas. La imagen muestra el mutualismo entre las metilobacterias y las Chlamydomonas.

Ambos organismos se asocian intercambiando carbono y nitr�geno, dos nutrientes esenciales para poder sobrevivir


Carbono por nitr�geno. Este es el trato que mantienen las metilobacterias y las Chlamydomonas. Las primeras son un tipo de bacteria especialmente abundante en las hojas de las plantas y que promueven su crecimiento. Las segundas, un alga unicelular que se utiliza como organismo modelo de plantas en investigaci�n. Ambas conviven en perfecta simbiosis y son capaces de asociarse en determinadas circunstancias para poder sobrevivir.


Esta es al menos una de las conclusiones a las que ha llegado el grupo de investigaci�n BIO-128 del Departamento de Bioqu�mica y Biolog�a Molecular de la Universidad de C�rdoba, liderado por los catedr�ticos Emilio Fern�ndez y Aurora Galv�n, tras investigar el comportamiento de estas algas unicelulares. Tras varias investigaciones, descubrieron que, a pesar de que las Chlamydomonas no pod�an asimilar el nitr�geno de algunos amino�cidos, s� pod�an crecer en estos compuestos. Si el nitr�geno es esencial para que el alga crezca �C�mo es posible que sobreviva en un entorno en el que no puede alimentarse de este nitr�geno?
Aqu� es precisamente donde entran en juego las metilobacterias, las socias perfectas para la ocasi�n. Seg�n la investigaci�n, estas bacterias son capaces de metabolizar el nitr�geno y convertirlo en amonio, una forma de nitr�geno mucho m�s simple que estas algas s� son capaces de asimilar.
El favor, como en cualquier mutualismo, no es gratuito. A diferencia de estas algas, las metilobacterias no pueden usar el di�xido de carbono para alimentarse. Como recompensa, las Chlamydomonas les proporcionan glicerol -una forma de carbono de la que estas bacterias se alimentan- que liberan durante el proceso de fotos�ntesis.
En definitiva, en un entorno en el que ambos organismos no sobrevivir�an por s� solos, consiguen salir adelante mediante una asociaci�n. Cada una transforma la fuente de alimentaci�n de la otra para que pueda asimilarla.
El nuevo descubrimiento podr�a tener varias implicaciones. Seg�n la autora principal de la investigaci�n, Victoria Calatrava, �el hecho de que estas bacterias que hacen simbiosis con plantas tambi�n beneficien a este alga unicelular puede generar informaci�n de gran utilidad para comprender la evoluci�n y ecolog�a de estas asociaciones�. Adem�s, �podemos usar este sistema microalga-bacteria para entender las relaciones planta-bacteria que pueden ser usadas en la industria agr�cola�. Por ejemplo, si se consigue entender en profundidad c�mo las plantas emplean el nitr�geno del suelo, podr�an utilizarse fertilizantes m�s eficientes y sostenibles con el medioambiente.
No en vano, las algas unicelulares que el grupo est� investigando son los ancestros de las plantas terrestres actuales. Se trata de un organismo modelo que crece en un par de d�as, puede cultivarse en un tubo de ensayo y modificarse gen�ticamente de una forma relativamente f�cil, por lo que su importancia en investigaci�n es incuestionable.