Martes, 08 de Noviembre de 2005 11:15

'Do�a Leonor de Guzm�n o el esp�ritu de casta', nuevo libro del Servicio de Publicaciones de la UCO

G.C. - C.M.
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Leonor de Guzm�n personifica la presencia activa de la mujer en muchos �mbitos de la vida p�blica en una �poca en la que generalmente le estaban vedados. Miembro destacado del estamento dirigente, ayud� a construir la memoria hist�rica de su clase y, como cabeza de familia de la Casa Portocarrero de Palma - aunque su papel era de sustituta temporal del verdadero se�or y gobernante, menor de edad- tom� decisiones, dirigiendo villas y vasallos y form� parte de la ofensiva pol�tica que dirigi� a su clan familiar hacia la corte, dise�ando para ello una trayectoria cuya �ltima meta era el triunfo del linaje. Para ello llev� a cabo una estrategia de promoci�n social para sus hijos que triunf� plenamente a trav�s de personas como el quinto conde de Palma o del cardenal Portocarrero, cuya ascensi�n social no fue exclusiva de sus personas sino que abarca a toda la Casa y al linaje entero.

De todo ello nos habla Rosa Mar�a Garc�a Naranjo en su libro "Do�a Leonor de Guzm�n o el esp�ritu de casta", editado por el Servicio de Publicaciones de la Universidad de C�rdoba en colaboraci�n con la Diputaci�n provincial, Cajasur y la Asociaci�n Saxoferreo, en el que la faceta de administradora y gobernante de la marquesa de Almenara se estructura en torno a tres �mbitos. El primero de ellos se centra en la econom�a se�orial y el papel fundamental que jugaban en los ingresos el dominio de la tierra y la fiscalidad de regal�a y jurisdiccional y en los gastos la "forma se�orial" de entender la gesti�n del patrimonio, en la que el sost�n de la autoridad y el "peso social" de la casa eran lo fundamental.

El segundo �mbito considerado es el de las relaciones sociales en el marco del se�or�o, fuertemente anudadas con la condici�n de vasallos de sus habitantes sobre los que se desplegaba una imagen protectora y unas acciones paternalistas y benefactoras. Sin embargo cuando el conflicto se manifiesta de forma agresiva por parte de esos vasallos la norma de actuaci�n deja de ser la intervenci�n paternal y pasa a serlo la represi�n violenta.

El tercero, es el del sistema de gobierno se�orial. Comos se�ora de vasallos, Leonor de Guzm�n, ostent� importantes facultades en los terrenos jurisdiccional, gubernativo y fiscal, lo que pon�a en sus manos una gran influencia y poder y la posibilidad de intervenci�n en numerosos aspectos de la vida local, entre ellos la facultad de nombrar los cargos del concejo a los que somet�a a control mediante el juicio de residencia. El acceso a estos cargos y el clientelismo fueron los medios por los que algunas familias llegaron a constituir una oligarqu�a afianzada en los cargos del gobierno.

Con la muerte de Leonor de Guzm�n los Portocarrero se fueron de Palma a la corte y ya jam�s volvieron a residir en la villa cordobesa, muchos de cuyos procesos hist�ricos son incomprensibles sin la presencia se�orial. Para la autora "a�n pueden apreciarse en el lugar las manifestaciones f�sicas del orgullo nobiliario y de casta de sus se�ores, y las de un orden social, pol�tico y econ�mico y de unos valores, impuestos monol�ticamente, cuya aceptaci�n significaba la asimilaci�n por el sistema y la entrega absoluta a una visi�n de la sociedad y del hombre que aseguraba la conservaci�n de ese sistema"

La obra se completa con una relaci�n de fuentes, documentos, �rboles geneal�gicos, cuadros e �ndices que constituyen un valioso conjunto de datos e informaciones sobre un momento hist�rico de profundos y trascendentales cambios.
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