Viernes, 25 de Septiembre de 2009 11:53

Estudian por primera vez la peste que asol� C�rdoba en 1488

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Los libros de historia se�alan el siglo XV como el final de la Edad Media en Europa, una �poca de acontecimientos hist�ricos de gran relevancia pol�tica y social. La invenci�n de la imprenta, la llegada de Crist�bal Col�n a Am�rica o la expulsi�n de la comunidad sefard� de Espa�a, primero, y el exte
rminio de los moriscos, despu�s, son s�lo algunos de los hitos se�alados en may�scula en los manuales de historia. Sin embargo, la historia civil est� escrita de acontecimientos bien diferentes a los grandes cap�tulos pol�ticos o cient�ficos. En Andaluc�a, el siglo XV fue el siglo de las grandes epidemias de peste. Sevilla, M�laga o Granada vieron perecer a miles de s�bditos mientras los Reyes Cat�licos trataban de culminar la conquista de Al Andalus.

En C�rdoba, el a�o 1488 est� marcado como el a�o m�s negro de finales del siglo XV debido a la peste bub�nica que asol� la ciudad. S�lo unos a�os despu�s de haber sido el centro neur�lgico de la corte cristiana, la ciudad padeci� una enfermedad de la que poco se sab�a hasta la publicaci�n reciente en el Anuario de Estudios Medievales de la investigaci�n de la profesora de la Universidad de C�rdoba Margarita Cabrera. Un estudio realizado a partir de los documentos notariales y legajos custodiados por el Archivo Hist�rico Provincial y seg�n el cual las muertes por peste alcanzaron su punto �lgido en los meses de verano de 1488.

La ciudad se cerr�, los nobles escaparon a morir al campo, mientras los notarios no daban abasto para redactar testamentos. De hecho, seg�n Margarita Cabrera existe una notable diferencia en el n�mero de testamentos de los meses de verano (s�lo en junio se redactaron 129 y en julio, otros 73) y los habituales en otras �pocas (unos 5,75 de media al mes). Adem�s, de los documentos estudiados se han podido deducir dos v�as de contagio de la peste. Una, a trav�s de las relaciones comerciales habituales entre C�rdoba y Sevilla, afectada por la peste entre los a�os 1486 y 1487, y otra, a trav�s del contacto con los cautivos musulmanes secuestrados tras la toma de M�laga en 1487.

Las consecuencias de aquella epidemia supusieron, seg�n la profesora Cabrera bas�ndose en los escritos de cronistas de la �poca como Andr�s Bern�ldez, una verdadera "cat�strofe demogr�fica" en una ciudad habitada por entonces por unas 25.000 almas. Bern�ldez llega a cifrar las muertes en 15.000, aunque los expertos la consideran algo exagerada. Sea como fuere, lo que s� est� claro es que la peste no entend�a de clases sociales ni religiones, aunque Margarita Cabrera haya encontrado curiosos casos de supervivientes como el del jurado Sancho de Clavijo, que a pesar de haber pasado meses cuidando de su familia enferma logr� sobrevivir a la enfermedad.
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